Veo el suéter que Miguel Calero usó contra Indios y me da urticaria. Pero leo que el propio arquero acepta que están horribles, y que nomás se los pone por llamar la atención y bue... estoy a punto de darme un tiro.
A ver, ¿cómo de que sí sabe que están horrendos y no importa? ¡Maestro, eres portero!
En la historia del futbol, el arquero ha sido el único elemento del campo con la facultad de lucir distinto a los demás. Mientras los jugadores de campo tienen que recurrir a maromas, festejos, muecas o desplantes de niño bobo para lucir en cámara, el portero resalta por sí solito.
Y si lo aprovechan, pueden hasta convertirse en iconos de una época e imponer modas: Lev Yashin, Miguel Marín y Peter Schmeichel, por citar algunos.
El único arquero que recuerdo que hizo fama con atuendos nefastos es Jorge Campos, pero también lo hizo porque era un gigante bajo los palos, y poco a poco le fueron confeccionando modelitos más monones.
Así que si Calero quería llamar la atención, pues lo logró. Ahora bien, si quería hacer época como un tipo elegante, con porte y gusto, para aderezar la magnífica carrera futbolística que ha tenido... déjenme decirles que se está quedando muy, pero muy lejos.
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