viernes, 3 de abril de 2009

Eriksson y la economía por Enrique Quintana

Lástima que Sven no pueda decir que los problemas que tiene el Tri son por la crisis que nos vino de fueraSi lo hubiera podido decir, tal vez estaría aún en la dirección técnica de la Selección.
El caso del ahora ex entrenador nacional nos da algunas pistas para entender cómo funciona la economía en México y muchas de sus instituciones, tanto públicas como privadas.
1. Nos encantan las soluciones mágicas.
Quienes toman las decisiones en el futbol pretendieron que el nivel de nuestra Selección mejoraría simplemente por hacer un cambio de entrenador, y mejor aún si era un poco exótico como este sueco que dirigió a la Selección inglesa.
Así nos pasa con frecuencia. Nos quieren hacer creer que con un Pacto contra la delincuencia que se firma, con todos los reflectores en el Palacio Nacional, se puede controlarla. O con un anuncio espectacular de un programa contra la crisis, ésta se va a amortiguar.
Lo malo es que la realidad no obedece a esas invocaciones y acaba por descubrir las falsedades.

2. Vemos sólo lo que queremos ver.Para un aficionado que no entiende demasiado de futbol sino apenas lo esencial, era evidente que la Selección mexicana no tenía ni pies ni cabeza.
Era cuestión de tiempo para que se empezaran a perder los partidos importantes y entonces sí sonaran las alarmas.
Por meses, las autoridades dijeron que la economía mexicana crecería un poquito en 2009; luego, que habría estancamiento; más tarde, que habría un pequeño tropiezo, y apenas ayer admitieron -porque ya no hay forma de ocultarlo- que caerá en 2.8 por ciento en este año. ¿Y el plan anticrisis? Como Sven.

3. Nos gusta posponer y posponer las acciones importantes. Calcular todo el dinero que perderían las televisoras (perdón, los directivos del futbol) si no clasifica México al mundial fue la alerta roja que motivó ayer, finalmente, la decisión de prescindir de los servicios (correr, como quien dice) de Eriksson.
Verá usted que nos va a pasar lo mismo con una multitud de decisiones que no hemos tomado y que vamos a tomar hasta que nos llegue el agua al cuello. ¿Alguien se acuerda de la reforma al sistema de pensiones? ¿Tiene presente la crisis fiscal que tenemos encima -aunque Hacienda insista en no verla- y que va a obligar a poner sobre la mesa temas como el IVA generalizado o el adelgazamiento de la burocracia? Ya verá cómo nos va a llegar nuestro 3 a 1, como en Honduras.

4. Pensamos que siempre habrá un Javier Aguirre para rescatarnos. Que se vaya el sueco y que llegue el Vasco. Si ya rescató a la Selección una vez, ¿por qué no habrá de hacerlo de nuevo? Siempre hay alguien allí para echarnos el salvavidas e impedir ahogarnos.Puede que se trate del FMI y sus 47 mil millones, o de los subsidios del Gobierno para darnos un respiro, o de la prórroga para pagar el impuesto cuyo plazo ya venció. Tenemos una cultura en la que le apostamos a que llegue la crisis y a que algo o alguien nos tire el lazo. Ni modo, pareciera que en estas cosas pueden pasar mundiales y sexenios, y nada cambia con nosotros.

P.D. “El futbol mexicano es el más poderoso de Latinoamérica en inversión, pero si tiene un problema está en la gestión”. Jorge Valdano.

Un esquema de topes salariales con primas por desempeño elevaría el nivel de los jugadores. Una distribución de los ingresos más equitativa permitiría a los equipos pequeños medirse de tú a tú con los grandes. El acceso a fondos de capital privado mejoraría la infraestructura y atraería a más gente a los estadios... a consumir dentro de ellos.
De los consensos de los dueños dependerá que el futbol mexicano se convierta en una gran industria deportiva o siga preso de complicidades, mafias e intereses personales.

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