martes, 21 de abril de 2009

El arte del draft por Eduardo Varela

En los primeros años, los equipos seleccionaban a jugadores en el draft por lo que leían en los periódicos o revistas, de igual forma se iba pasando la información verbalmente y ese método funcionaba bastante bien.
Ahora, los equipos cuentan con un departamento completo destinado al análisis y seguimiento de los candidatos a emigrar al profesionalismo. Estos estudios van más allá de sus atributos físicos; desde hace varios años, la evaluación psicológica puede ser tan valiosa como para truncar la carrera a alguien.
La verdad es que a pesar de que ahora se emplea más tiempo, dinero y gente para valorar el talento colegial, aun así los equipos no han podido perfeccionar el sistema de seleccionar en el draft. Más que una ciencia es un arte, y más si de reclutar a un mariscal de campo se trata.
Se puede estudiar todos y cada uno de los pases que ha lanzado un mariscal de campo, así como cada aspecto de su personalidad, pero al final de cuentas la selección de un pasador se basa en lo que crea el entrenador. Ron Wolf, ex gerente general de los Empacadores de Green Bay, decía que en 1940 se seleccionaba mejor a los QB que ahora. Se piensa demasiado en nuestros tiempos.
Entre 1985 y 2005, la liga reclutó a 43 mariscales de campo en la primera ronda, siempre pensando que él los llevaría a ganar el Súper Tazón, pero sólo dos --Troy Aikman (1989) y Ben Roethlisberger (2004)-- lo lograron con los equipos que los seleccionaron. También es cierto de que 13 de esos 43 pasadores guiaron a sus franquicias a postemporada, pero equipos como Cincinnati antes de hacerse de los servicios de Carson Palmer (2003) tomó a David Klinger (1992) y Akili Smith (1999), y Detroit no ha dado una en su historial de seleccionar en este lapso a mariscales (Chuck Long '86, Andre Ware '90 y Joey Harrington '02).
No existe una regla para determinar qué se busca en un mariscal de campo, pero un punto muy importante es que sea un jugador que pueda hacer la diferencia. Con el correr del tiempo, y luego de varias pláticas con entrenadores, estos son los puntos básicos para encontrar a ese mariscal de campo especial.
Cuando un mariscal llega como primera ronda, muchas veces se le hace jugar en situaciones muy difíciles y no se les da el tiempo necesario para madurar, que puede ser el caso de los dos mejores prospectos para esta temporada, Matthew Stafford de la Universidad de Georgia y Mark Sánchez de la Universidad del Sur de California. En cambio, quienes llegan casi de manera inesperada a la NFL tienen tiempo de sobra para desarrollarse y adaptarse, o cuando entran a los emparrillados la situación no es de tanta desesperación o, lo más importante, no se les exige tanto.
El juego en la NFL ha evolucionado bastante y de muchas maneras, pero la posición de QB no. El mariscal de campo ideal sigue siendo el pasador con buena puntería, que toma buenas decisiones en los momentos de presión y que tiene la suficiente movilidad para comprar tiempo en la bolsa.

LAS MARCAS DE UN MARISCAL DE CAMPO GANADOR

Con el pasar del tiempo, estos son las marcas que buscan los entrenadores y busca talentos, cuando van a seleccionar a un mariscal de campo ganador.

1. Fuerza de brazo: Nombren al último QB que no tuviera un gran brazo.
2. Inteligencia deportiva: Tiene el balón en cada jugada, debe saber tomar decisiones, capacidad para leer defensivas.
3. Puntería: Michael Vick siempre tuvo problemas para completar pases desde que estuvo en Virginia Tech. Por lo menos debe completar el 60 por ciento de sus envíos.
4. Movilidad: No necesariamente debe ser un mariscal de campo corredor, pero que tenga cierta movilidad, visión periférica.
5. Liderazgo: Tom Brady no se duerme en sus laureles, se le ve a menudo en el gimnasio. Captar la atención del equipo entero cuando el mejor mariscal de nuestra era siempre está trabando o estudiando es mucho mas fácil.
6. Dureza: Favre, Manning y Brady desconocen la palabra lastimado.
7. Curriculum: Esta posición requiere de ganadores, luchadores, competidores, que sepan jugar viniendo de atrás, que nunca se den por vencidos, que jueguen bien en partidos importantes. Un QB bien puede ser quien cargue a un equipo que carezca de talento en otras posiciones.
8. Madurez: San Diego hizo caso omiso de las malas señales que mandaba Ryan Leaf, quien no asistió a la entrevista con Indianápolis que tenía la primera selección total.
9. Genealogía: Favre, Detmer, Brunell, Hasselbeck, Manning son hijos de mariscales de campo. Jugadores que tienen a padres que estuvieron como entrenadores o que jugaron pueden tener un ventaja sobre los demás. Heredaron el instinto ganador y saben lo que se necesita para ser exitoso.
10. Manos grandes: No es broma, los equipos quieren que la mano de lanzar del mariscal de campo mida por lo menos 9 pulgadas y media, haciendo una cuarta. Filadelfia borró de su lista en 1999 a Daunte Culpepper por tener manos pequeñas.

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