miércoles, 25 de marzo de 2009

¿Periodistas deportivos?

“El periodismo debe confortar a los afligidos y afligir a los cómodos”.

Ante los ojos de la Federación Mexicana y los jugadores de la selección azteca hay dos tipos de periodistas: Los buenos, a los que se les ofrecen exclusivas sin reservas, y los malos, esos que sufren los desplantes de las 'estrellas mexicanas' y a los que se les ponen tantas trabas como es posible para conseguir una entrevista o tener acceso a los días de prensa del Tri.
Afortunadamente pertenezco al segundo grupo, y digo afortunadamente, por que para pertenecer al séquito privilegiado, hay que guardar en un cajón con llave el precepto básico del periodismo: la crítica, y convertirse en una porrista sin ningún otro objetivo más que arengar y solidarizarse con 'el equipo de todos'.
Sintonizar un partido de la selección mexicana en alguna de las dos principales cadenas televisivas de México, significa soportar a tres o cuatro edecanes de la federación disfrazados de cronistas deportivos. Periodistas sin ningún tipo de rigor crítico que festejan hasta la más mínima acción mexicana con marichis y todo.No se digan los noticiarios deportivos, que parecen más un promocional para vender playeras que un informativo. Es común ver a Sven-Göran Eriksson en entrevistas exclusivas a modo, donde las preguntas están aprobadas previamente por el aparato de comunicación de la federación y sirven para que el sueco practique su mal español con respuestas ambigüas.
Es por esta circunstancia que la crítica de los medios significa un ataque para jugadores sin capacidad de autoanálisis y dudoso bagaje cultural. La prensa de cualquier país está obligada a ser crítica, independientemente del color de su camiseta, la situación que esté atravesando o lo que se esté jugando, inclusive si es un boleto al Mundial.

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