La visita del Atlético de Madrid a México para realizar partidos de pretemporada durante una semana nos recuerda la personalidad de Javier Aguirre, una gran persona y un tipo franco dentro del futbol mexicano.
Somos un país que destaca muy poco en los deportes. Las pocas figuras que brillan internacionalmente se convierten de inmediato en ídolos mediáticos. Pero estas estrellas suelen ser fugaces. No aguantan la presión y, enloquecidos por la fama y el dinero de los patrocinios, se rompen emocional y profesionalmente. Sin embargo, en el firmamento deportivo destaca una estrella: Javier Aguirre.
Y en el plano personal, Aguirre es un tipazo. A pesar de que ha logrado muchos éxitos, no es nada presumido. No se le han subido los humos a la cabeza. Al parecer, la soberbia no existe en su diccionario. Es pasional (a veces se enoja y suelta groserías) pero nunca altanero. Por el contrario, tiene un carácter afable, campechano y simpático. En este México ávido de figuras destacadas, la estrella de Javier Aguirre sin duda sobresale por sus atributos profesionales y personales.
Aguirre, simple y llanamente es el entrenador mexicano con mayor prestigio internacional en la historia de nuestro futbol, ganándose ese sitio a pulso.
Bienvenido sea Aguirre, una persona y un técnico ejemplar.
domingo, 20 de julio de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario