lunes, 6 de julio de 2009

¿Hay miedo? por David Faitelson

¿HAY MIEDO?

El miedo en el futbolista debe ser una sensación poco afortunada. Y no es que el miedo en cualquier otro tipo de persona sea una buena experiencia, pero a usted y a mi, el miedo puede ayudarnos a establecer un carácter y a limitarnos a decir y a hacer ciertas cosas.
El miedo en el futbolista no le permite ser, pensar, soñar, creer, avanzar y ganar. El miedo en el futbolista es contagioso, delirante y terminal. El miedo en el futbolista desvanece planes, sueños, acaba con generaciones enteras y marca a otras para siempre.
Hugo Sánchez inclinó la cabeza y cerró los ojos en aquella fatídica noche de Carson. Sven-Göran Eriksson apretó el puño y endureció la mirada mientras la noche se apoderaba del crepúsculo suleño. Y Javier Aguirre, ¿qué hizo Javier Aguirre para contrarrestar el miedo que de pronto irrumpió a su grupo tras un cero por cero decepcionante en San Diego frente a la selección de Guatemala, la 112 del mundo?
Los ha reunido a medio campo para decirle a un grupo de profesionales, que cobran bastante bien por hacer lo que hacen, para decirles que no deben creer en todo lo que ven en el internet o leen en el periódico. Que son "ma... ma..." en idioma del Vasco (que no es vasco) pero que suena igualmente hostil y raspante en todos los sentidos. "De eso me encargo yo", agregó antes de rematar: "Ustedes sólo dedíquense al futbol".
El futbolista mexicano vive, corre, transpira, falla y mete goles con miedo. Nuestra historia esta llena de ese tipo de pasajes, donde un pequeño detalle, un acontecimiento, un patada desafortunada, una estirada que no llega, un balón que pega en el poste o un defensa que no está en el sitio que tiene que estar termina estableciendo nuestro pacto profundo con la vergüenza y la derrota. ¿Cuántos años lleva el mexicano jugando al fútbol? ¿Cuántas generaciones pasaron por lo mismo? ¿Cuántos entrenadores fueron víctimas de lo mismo?
No creo en las palabras de Aguirre cuando explica que la situación actual del futbol mexicano se debe a caprichos y a azares mismos del destino. Mentira, falso, irreal: El problema del futbol mexicano ha sido el miedo, el miedo de sus jugadores a crecer, a creer, a pensar por sí mismos.
Vivimos en el error durante algunos años. Pensamos que ésta sería, finalmente, la generación esperada, la generación añorada. La generación de oro, la que cambiara la historia, la que desecharía los complejos y las ataduras para con la amargura de nuestro pasado. No, no era la generación dorada, era la generación del miedo, la misma que Aguirre tiene que reunir a medio campo y recordarles que no están solos y que él peleara ante el enemigo común e implacable del futbol mexicano: el miedo.

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