miércoles, 10 de junio de 2009

TRIsteza futbolera

“Quien no conoce las tristezas deportivas no conoce nada de la tristeza”. Julio Ramón Ribeyro.

Si había un equipo que estaba a modo para poderlo golear en el estadio Azteca, sin duda alguna y con todo el respeto era Trinidad y Tobago; sin embargo, los jugadores de México pecaron de timoratos y solamente pudieron conseguir un par de goles, los cuales fueron suficientes para apenas conseguir su segunda victoria en esta eliminatoria de la Concacaf y volver a meterse en la pelea por un boleto.
Es increíble que el conjunto azteca siga dependiendo de un jugador como Cuauhtémoc Blanco, que de nueva cuenta se echó al equipo al hombro y volvió hacer la figura del encuentro; sin embargo, la actuación de México es de preocuparse, ya que casi todas las oportunidades que tuvo de gol fueron provocadas más por las facilidades del rival que una buena jugada colectiva.
No cabe duda que México sigue ofreciendo partidos muy pobres, pues no creo que en otro partido del hexagonal vuelva a tener las oportunidades que en esta ocasión le ofrecieron los trinitarios, así que el timonel Javier Aguirre tiene mucho trabajo por delante para lograr que los jugadores recuperen el futbol colectivo que se necesita para ganar este tipo de partidos.
Qué lejos quedaron aquellos tiempos en donde la selección azteca aplastaba a sus rivales por goleadas, en donde el rival terminaba agazapado en su portería para evitar más anotaciones; sin embargo, ahora parecía que los elementos mexicanos querían que el árbitro terminara el juego, ya que ante su inoperancia en el ataque, no querían volverse a ver sorprendidos por el rival con un gol de último minuto como en la primera mitad. Qué tiempos aquellos.

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