domingo, 15 de febrero de 2009

De los tres no se hace uno

“Las personas no son recordadas por el número de veces que fracasan, sino por el número de veces que tienen éxito”. Thomas Alva Edison.

Ser el dueño del balón no significa ser el mejor en el juego. Eso es lo que deberían aprender los altos directivos de Televisa, dueños de los equipos América, San Luis y Necaxa.La cúpula de ejecutivos hicieron múltiples movimientos de jugadores en el invierno para armar las escuadras de acuerdo a sus intereses, sin embargo lo único que lograron fue dejar en la mediocridad al San Luis, que era su mejor representante. América sigue cortando cabezas de técnicos y despilfarrando dinero y el Necaxa se hunde sin remedio en la tabla de cocientes.
Sin caer en las sospechas sin fundamentos, este tipo de situaciones golpean directamente la credibilidad del fútbol mexicano, pues Necaxa está en graves problemas por no descender y necesitará toda la ayuda posible. Pero si no les importó deshacer al San Luis para armar a los Rayos: ¿Les importará que las Águilas y los Gladiadores pierdan tres puntos cuando enfrenten a su 'hermano'?

¿Grupo de la muerte o grupo de los muertos? No dejan de llamar la atención los resultados de la jornada en el Grupo 2, el grupo de la muerte, donde cuatro de los seis integrantes perdieron. Chivas, Pumas, Cruz Azul y Morelia cayeron, mientras que América empató y Tecos fue el único capaz de ganar.Ahí, donde están agrupados los supuestos gigantes del fútbol mexicano sólo se respira irregularidad y mediocridad.

Sin goleadores mexicanos: Al ver la tabla de goleadores del torneo, queda fundamentada la falta de gol en la selección mexicana. Dentro de los primeros 10 lugares hasta esta jornada, no aparece ningún futbolista azteca. Sin embargo, también queda claro que los responsables directos son los directivos y entrenadores, pues las plazas están totalmente copadas por extranjeros. El primero que asoma en la lista con 2 tantos es Carlos Ochoa, obviamente de Chivas, donde se da oportunidad a delanteros nacionales.
Si los fichajes de delanteros extranjeros no fueran tan buen negocio para promotores, directivos y entrenadores, habría alguna esperanza de que esto cambiara, pero no es así.

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