viernes, 20 de febrero de 2009

Al borde por Germán Dehesa

Leyendo la sección CANCHA del periódico Reforma me he encontrado la deliciosa columna de Germán Dehesa (cuyo defectos son seguidor de los Pieles Rojas de Washington y antiyanqui al por mayor).
A continuación me permito reproducirla tal cual:

En México se juegan y se transmiten por televisión demasiados juegos de futbol. Esto no es el resultado de una encuesta ni de nada que se le parezca. El único encuestado he sido yo a quien ya se le puso cabeza de balón.Porque no son nada más los casi siempre mediocres partidos nacionales los que me tienen en mi actual estado. Hablo también del futbol europeo, del argentino, del colombiano y de todos los que hoy nos transmiten. Entiendo que de algo tienen que vivir los canales deportivos, pero ya podrían apoyar y patrocinar algún otro deporte que no sea el futbol. Ya viene, por ejemplo, el Campeonato Mundial de Béisbol donde, según me consta, hay partidos interesantísimos. México participará y trae un equipo que le puede dar la batalla a los orientales y a los caribeños. Bien podríamos verlo, entre otras cosas, para aliviarnos de esa fiebre futbolera cuyo origen es de tan poca monta. Necesitamos un tiempo para no oír a los cronistas de nuestro futbol. Los mamoncitos que se han adueñado de los canales 13 y 7 son insufribles. Su español es cavernícola, su cultura es inexistente y su capacidad analítica aplicada al futbol, o a lo que ustedes quieran, revela una total indisciplina neuronal. Y tenemos que oírlos todas las semanas.Y ojalá y ahí terminaran las faltas de respeto al espectador, pero no. También está el manejo de la pantalla. Es obvio que Azcárraga y Salinas Pliego son ante todo vendedores de calzones. Vean ustedes la trasmisión de un partido europeo: la pantalla está limpia. Sintonicen ahora una trasmisión mexicana con la pantalla retacada de muchos y muy vulgares anuncios de venta de lo que sea. Si tienen buena vista, entre anuncio y anuncio podrán ver el partido. Es una indignidad que, para colmo de burlas, tiene la bendición de la FEMEXFUT capitaneada ya sabemos por quién: por Justinito Compeán y por Decio de María dos cerebros con un solo objetivo: peinarse. Esto es lo único que saben hacer con cierto aseo, lo demás no es asunto de ellos, sino de los tiburones que poseen a los equipos y también al alma de este par de ya mencionados zopencos. Hay en todo esto una amalgama perfecta de mediocridades en plena complicidad: los federativos, los dueños, los equipos, los cronistas y la gente de la televisión última y quizá única beneficiaria de esta condición pueblerina, fallida, trastabillante, comercializada y lamentable de ese futbol que se juega en México y que mal llaman futbol mexicano.No pierdo mi tiempo solicitando la intervención de nadie. Todos parecen estar muy contentos. Les encanta la idea de volver a clasificar para la Copa del Mundo y ahí no hacer nada. Así ha sido siempre y así será. Los mediocres reinan.

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