miércoles, 11 de febrero de 2009

Business as usual: Estados Unidos 2 México 0

“Al triunfo siempre lo premian de una manera unánime, con felicitaciones, o independientemente de si fue o no merecido.Con la derrota no hay matices que valgan; no cabe, por ejemplo, recompensa posible por el buen rendimiento demostrado, así ha sido siempre: el que gana es el que dice la verdad y el que pierde, otorga“. Jorge Valdano.

Todo lo que no fuera una derrota para México este miércoles sería una verdadera sorpresa. A pesar del entusiasmo de las televisoras mexicanas y el optimismo de jugadores, el TRI no tiene ningún argumento con el cual vencer a Estados Unidos.
la Selección mexicana enfrentó a un rival serio, con una clara idea futbolística, un proceso de largo plazo y que nunca subestimará a su enemigo.
En Columbus hubo un choque de dos formas de ver el fútbol muy diferentes: por un lado Estados Unidos, un equipo que tiene muy claro su objetivo, que privilegia los objetivos deportivos por sobre todas las cosas y que cuenta con jugadores que trabajan para el equipo.
Del otro lado está México, un equipo armado al vapor, con la misión preponderante de hacer dinero y conseguir resultados inmediatos, además de contar con jugadores poco identificados con sus colores. La historia dice que México no ha podido vencer a Estados Unidos incluso viviendo mejores tiempos.
Y por si fuera poco, a pesar del mal momento que vive México, Estados Unidos jamás los subestimará. Los norteamericanos son la escuadra mejor mentalizada y que a diferencia de los latinos, se comprometen 100% en cualquier escenario y contra cualquier tipo de rival.
Es increíble cómo un jugador de la talla de Márquez siga cometiendo estos errores infantiles.
A quien sí se le debería de llamar la atención es a Rafael Márquez, bajarlo de la nube en la que está, y, por qué no, castigarlo de próximas convocatorias. ¿Acaso haría lo mismo en el Barcelona en pleno Nou Camp?
En pocas palabras, creer en la victoria de México era un completo acto de fe.

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