Guillermo Cantú: un impune del futbol mexicano

“Acá hay tres clases de gente, la que se mata trabajando, la que debería trabajar y la que tendría que matarse”. Mario Benedetti.

¿Qué pasaría en su trabajo si usted fracasara en todas sus asignaciones?, si cada vez que es puesto a prueba, no rindiera y no cumpliera con las metas. Así es, seguramente estaría ya desempleado. Esta exigencia de resultados aplica para cualquier tipo de institución, excepto para la Federación Mexicana de Fútbol.
Guillermo Cantú, Director de la Comisión de Selecciones Nacionales. Mientras entrenadores van y vienen, mientras la selección mexicana cada vez está más devaluada, este sujeto continúa en su puesto eternamente. Cantú es el encargado del buen desarrollo y conducción de TODAS las selecciones nacionales de México. Bajo su mandato México no clasificó a Mundiales juveniles, Juegos Olímpicos, vivió un penoso incidente de mentiras ante la FIFA por doping y ha descendido hasta la posición 26 del ranking mundial.
Ricardo Lavolpe, Hugo Sánchez, Chucho Ramírez y Sven-Göran Eriksson han pasado por el banquillo del TRI, con severas críticas a su labor, mientras Cantú es tan o más responsable que ellos y se mantiene a salvo detrás del anonimato.
De forma por demás increíble, la Federación jamás ha llamado a cuentas al director de las selecciones nacionales, cuando en cualquier organigrama decente, la cabeza de un proyecto es la primera en responder por los fracasos o éxitos de su departamento.
Este es un ejemplo más de lo mal que se manejan las cosas en México. Los directivos son los que toman las decisiones y son intocables, mientras que jugadores y entrenadores son simplemente la carne de cañón.